Porque las cosas que dan rabia son infinitas...
- Las personas que se lamen el dedo para pasar de página
¿Por qué?
- Aquellos que usáis coletillas sin parar: “¿Sabes lo que te
quiero decir?”, “¿Entiendes?”
- Los que para ir a casa de alguien decís: ¿Llevo algo?
Buena técnica para quedar bien y comer de gratis, porque te van a decir que no.
- Los que respiráis fuerte. No es vuestra culpa pero… tampoco
la mía que me den ganas de estrangularos
- Las personas que leen por encima de las gafas. Pero ¿por
qué?
- Aquellos a quienes, ni cortos ni perezosos, les gusta
limpiarse los mocos en la palma de la mano y limpiarse la mano en la cabellera
haciendo un recorrido casi imperceptible para el ojo humano.
- Calvos que deciden que el pelo que les queda cerca de las
orejas es el suficiente como para extenderlo por la calva. (La transición hasta
poder hacer esto es dura y exige mucha espera y preparación) Imaginaros cómo
serán, en su casa, sin la gomina, seguro que se pueden pisar ese mechón de
pelo.
- El típico amigo que te salpica en la playa, cuando le has
pedido varias veces que no, que tú eres de entrar lento y sufriendo.
- Los niños que dicen “señor, ¿me pasa la pelota?” ¿Cómo que
señor? Te sabes todos los nombres de los gormiti y no eres capaz de saber más
de dos categorías de edad “niño” u “hombre” y qué pasa con “chico” o “chaval”.
- Los que llegan al autobús o metro con cientos de asientos
libres y van y se sientan a mi lado
- Los que se quejan de “ay, no me has llamado” “¿por qué
quedáis y no me avisáis?”, “Es que nunca nadie me dice nada…” Pues porque no
quieren que vayas, caes mal o siempre se te olvida la cartera en casa. Por lo
que sea, esa gente no quiere que vayas, tú mismo te has dado cuenta ¿Por qué
ponerlos en un compromiso?
- Las personas que introducen tonterías con la frase “No te
lo vas a creer…”
- Los taxistas que te dan la chapa. Deberían hacer descuento
por eso. Para eso está el barman o el psicólogo de toda la vida. Métale usted
la chapa a quien cobre por ello.
- Los taxistas que preguntan que por dónde quieres que
vayan. El taxista eres tú ¿no?
- Personas que trabajan de cara al público, incapaces de
decir “hola” y “adiós”
- El acento mejicano
- Personas que se autocritican con el único fin de que le
digas lo contrario. Mendigos de piropos y elogios
- Twiteros que piden retweet y seguidores. Mendigos de
atención
- Que entres a una tienda y te vengan a decir ¿Le puedo
ayudar en algo? Si quiero algo ya te avisaré.
- Cuando pides un chicle o caramelo y te dicen que sí, se te
ilumina el alma y entonces… “Ah, un momento. ¿Qué si quiero o que si tengo?
- Compañeros que, en una clase, mandan a callar al resto.
- Las personas que se limpian las “boqueras” y luego se sacuden los dedos, como si
hubiesen sacado petróleo de ahí.
- Que cuando un tío piropea a una mujer sea de salido, y
cuando una mujer dice barbaridades a un hombre sea graciosa y esté de broma
- Los que toman impulso para sonarse los mocos. No es necesario
- Que el feminismo
sea algo positivo y el machismo algo atroz
- Que las mujeres digan “me saco una teta y ya está”, como
si los hombres fuésemos borregos
- Personas que argumentan a partir de su experiencia
personal o la de sus allegados: “No, porque a mi tía del pueblo…”
- Personas incapaces de leer para ellos mismos
- Gilipollas con complejo de dj’s que van con la música sin
auriculares (Normalmente regaeton o flamenco)
- Vegetarianos que imponen su religión (Creen que si Jesucristo
estaba tan flaco es porque no comía carne. Falso, es porque era yonky)
- Hippys con doble moral: ayudemos a los negritos del
África, pero espera que pase antes por mi tienda de marcas hippys a dejarme el
pastón en cosas a rayas y en pijamas cool
- Conductores que adelantan en un hueco en el que casi se le
podría llamar aparcamiento (para adelantar hay que verlo claro, joder)
- Padres preocupados por si sus hijos fuman petas, pero que
ven normal que se tajen cada fin de semana. (Alcohol caca. Más que los porros)
- Abuelos que esperan en los pasos de cebra y que, una vez
has parado, te hacen una señal en la mano para que continúes. Señor, ya he
parado, ¿Por qué cojones no pasa?
- Cuando llegas a un sitio
y te preguntan “¿ya has llegado?” No, soy un holograma
- Personas que te preguntan cómo estás, qué haces… pero sin
escucharte, pendientes sólo de lo que van a decir ellos después
- Aquellos que, mientras comen, van diciendo “mmmm” “ que
rico” “mmmmmmm”
Y esto es todo por hoy. Si haces algo de esto… Joder, deja
de hacerlo.