lunes, 29 de octubre de 2012

Mariló, una visionaria

Impactado tras las declaraciones de Mariló en su programa (que supongo que se llama “las mañanas de tv1” como todos los programas de la mañana (Las mañanas de cuatro, etc.)), sobre si era correcto que el asesino del Salobral diese sus órganos. Ella decidió realizarse esa pregunta y lanzarla a todos los españoles, en una muestra de absoluta estupidez, pero lo peor fue la argumentación que traía detrás.

Y es que para la presentadora, pese a no haberse demostrado científicamente, el alma podría estar atada a los órganos y de alguna manera traspasarse a la persona. Se jactaba de que los médicos habían rechazado sus órganos. Se sentía aliviada.

No voy a entrar en explicar por qué esto es un absurdo, porque creo que todos mis lectores entienden que es como si vas al psicólogo y en lugar de decirte que tienes esquizofrenia, te dice que estás poseído. O vas al medico (que esto sucede en la realidad de algún pueblo andaluz (tengo testimonio real) y te diga que es que lo que tienes es un mal de ojo (Y ¿qué te va a recetar? ¿Romero? ¿para que salga lo malo y entre lo bueno?) Por favor… no mezclemos medicina con lo paranormal. Ni siquiera Iker traspasa esos límites. Pero vamos Mariló, ¿no crees que, ya que ha matado a dos personas, estaría bien que le salvara la vida a muchas otras?, si te fueras a morir… ¿Rechazarías un riñón porque no te mola de quien viene?

El tema sobre el que quiero hablar, tomando de inspiración a Mariló, es… ¿Se debe permitir que cualquier persona salga en televisión? ¿Debería ser un periodista en todos los casos el que presentara?, ¿Debería ser la carrera de periodismo un filtro para que ineptos parcos en neuronas no saliesen en televisión hablando libremente sobre sus idas de olla? O, visto el éxito, ¿se debería eliminar esta carrera puesto que es un trabajo que acaba haciendo cualquiera? Porque no nos vayamos a engañar, si Rajoy es presidente, es que hay mucha gente estúpida en este país, con lo cual, Mariló podría haber influido de alguna manera a algunas personas. Así que, al fin y al cabo, estamos ante una campaña en contra de la donación de órganos.